1984

De George Orwell

«La libertad es la esclavitud». Quise iniciar con esta frase porque todavía al releerla, es como un confeti de pensamientos emergieran de mí acerca de cómo los seres humanos percibimos la realidad. A pesar de que pueda ser tan simple definirla, la libertad es sinónimo de vivir según tus derechos y deberes libre en un lugar seguro; mientras que la esclavitud, es todo lo contrario a ella. Es por eso por lo que la frase parece imposible de descifrarla, puesto que son dos conceptos que se contraponen. Una irradia soltura, y la otra, agarre. Entiendo que la libertad es uno de estos conceptos universales que son verdad, que no pueden estar coartados por una persona o gobierno, es una realidad inherente a todo ser humano, es inalienable e intrínseco. Es una verdad absoluta que, permite que todo ser humano pueda recrearse en el lugar donde le ha tocado, y disfrutar de ello.

Este libro está cargado de estos conceptos. Porque la realidad distópica que plantea presenta un panorama desalentador a las personas que quieran ir en contra de un sistema totalitario. Sin embargo, su verdadero objetivo es buscar que despertemos a una esclavitud moderna que representa el mundo digital que, nos roba mucho del tiempo y de lo que somos. Es por esto, por lo que, introduzco aquí otras de las frases que me sostienen esta idea: «La ignorancia es la fuerza», cuando mantienes a una persona ajena al conocimiento, a la libertad y la practica de esta, tendrás esclavos. Personas que harán lo que quieras en el momento que se los indique. Por ello es tan importante identificar no solo que es lo que nos controla, sino el para qué. ¿A qué nos está llevando las redes sociales? ¿Qué buscan? Pero siempre habrá un grupo que habrá despertado. Uno que se o unos que se postularán como enemigos del partido o de aquello que hace la fuerza para controlar a las masas.

Allí recae otra de las frases que me gustaron «No nos limitemos a destruir a nuestros enemigos, sino que los cambiamos», aquellos que se levantan contra el sistema totalitario, ciertamente se vuelven enemigos, pero no se deben de asesinar, no, sino torturar. Es lo que plantea el libro, y torturarlo de una manera que se autoconvenzan que estar en contra es el problema, y que el gobierno lo está haciendo bien. Jamás una acción tan peligrosa fue tan poderosa. Llevar a otros a la mentira de lo que luchan, para llevarlos a la gran mentira de porque deben ser esclavos. El libro juega con estos conceptos, haciéndonos replantearnos el porque de los que hacemos como ciudadanos. Nos permite ganar ideas que nos despiertan el corazón, y enfocarnos en lo que realmente importa.

Quiero ir finalizando con esta frase «Jamás se le habría ocurrido que una acción careciera de sentido, solo porque no tuviera éxito». Esto no puede ser más cierto, sobre todo si tomamos al primer emprendedor de América, Alexander Graham Bell, quien hizo miles de intentos antes de lograr la bombilla, ¿pero esto es cierto en todos los sentidos? Esa es la pregunta con la cual me quedo y contagio. ¿Cómo sé que lo que hago está mal? Allí entra la ley de Dios. La que me permite discernir entre lo que es lícito o no. Lo que me permitirá crecer o me estancará. Creo fielmente que, este libro es un despertar, de ver por donde estamos caminando, para poder darle reverso a nuestros pies, y enmendar donde debamos de enmendar. Es por esto que, recomiendo el libro de George Orwell.