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El caballero de la armadura oxidada

«El caballero de la armadura oxidada» es un libro escrito por el autor estadounidense de origen judío, Robert Fisher. Este libro está clasificado en el género literario de Ficción y me recordó a algunos momentos en los que leí unas escenas y cuando doblaba una parte superior derecha o izquierda de la hoja para marcar la lectura.


La historia empieza contándonos que hace mucho tiempo había un caballero que pensaba que era bueno, generoso y amoroso, y lo demostraba haciendo cosas que hacen los caballeros buenos, generosos y amorosos, es decir, luchando contra sus enemigos, que eran malos, mezquinos y odiosos, peleando contra dragones, y salvando damiselas en apuros.


Pero también tenía malas costumbres, como salvar damiselas aún cuando no querían ser rescatadas, ocasionando que así como tenía damiselas que estaban agradecidas con el caballero, también habían otras que estaban furiosas con él. Siempre que su esposa, Julieta, y su hijo, Cristóbal hablaban, el caballero los acallaba cerrando su visera o quedándose dormido repentinamente. Además, amaba tanto su armadura, porque les enseñaba quién era él, que nunca se la quitaba, haciendo que su esposa y su hijo solo tuvieran un retrato para ver qué aspecto tenía.


Esto era así hasta que un día Julieta enfrentó a su esposo, diciendo: «Creo que amas más a tu armadura de lo que me amas a mí», a lo que el caballero dijo que no era verdad, dándole como razón haberla salvado de aquel dragón y instalarla en el elegante castillo donde vivían, contestando Julieta que lo que realmente amaba era la idea de rescatarla, no de quererla, el caballero dijo que sí la amaba, pero ella le pidió algo que cambió su vida: quitarse su armadura.


El caballero le dijo que no podía porque tenía que estar preparado para montarse en su caballo y partir en cualquier dirección, pero ya Julieta estaba decidida, y le dijo que o se quitaba la armadura, o que iba a coger a Cristóbal, subir a su caballo y irse de su vida. Esta decisión fue un golpe duro para el caballero, que tras una larga y difícil decisión, el caballero decidió quitarse el yelmo, pero cuando lo intentó hacer, paso una cosa sorprendente ¡¡No se podía quitar ni la visera de la armadura, aunque esta última se la había quitado para desayunar!! Desesperado, el caballero fue donde el herrero, que a pesar de los muchos intentos y que él era el hombre más fuerte del reino, el yelmo ni siquiera se abolló hasta que el caballero se dio cuenta de que los intento eran vanos y, para rematar, Julieta lo enfrentó otra vez, quejándose de que su hijo no tenía más que un retrato de su padre y que estaba harta de hablar con una visera cerrada y de meter la comida allí, diciendo que iba a ser el último de cordeno que le iba a preparar.


Esta queja le dolió al caballero en el alma, quien sintiéndose incapaz de encontrar ayuda en su propio reino y decidió buscar ayuda en otras tierras, no sin antes despedirse del rey, que había sido muy bueno con él. Pero buscándolo encontro al bufón Bolsalegre, quien por medio de rimas le dice al caballero que hay alguien que puede ayudarlo: Merlín, el sabio mago que fue el maestro del Rey Arturo hace muchos años.


Después su largo camino encuentra a Merlín, quien le da enseñanzas de la vida reflejadas en la armadura, pero un tiempo después el caballero se frustra con él y cuando se va conoce a una ardilla llamada Ardilla, con quien extrañamente puede hablar y regresa con Merlín, quien le explica lo sucedido. Tiempo después el caballero se preocupa por Julieta y Cristóbal, pensando que aunque Julieta no quisiera que volviera, probablemente Cristóbal sí, así que el mago le sugiere al caballero mandarle una carta a su hijo y acepta, ahí conoce a Rebeca, una paloma que se encarga de mandarle la carta a su hijo. Pero cuando mira que la carta que le envió Cristóbal estaba en blanco y Merlín le dijo el significado, su pena le venció y termino llorando entre lágrimas.


Con esto el caballero siente que no vale la pena quitarse la armadura, porque como el dijo: «¿Para qué molestarse? A Julieta y a Cristóbal les da igual si me la quito o no». Pero Merlín lo convenció diciendo que era por él, y le dijo que tendrá que recorrer El Sendero de la Verdad y tres Castillos con ayuda de Ardilla y Rebeca: El Castillo del Silencio, El Castillo del Conocimiento y El Castillo de la Voluntad y La Osadía. Cada castillo y sendero le darán una lección al caballero y le ayudarán poco a poco a quitarse la armadura.


Al volver a leer el libro, me sorprendí al darme cuenta de que el desarrollo de personajes es totalmente nulo, a excepción de nuestro personaje principal: El Caballero. El Caballero se desarrolla de una forma tan buena y visible en el libro, que no te das cuenta del desarrollo de todo lo demás. Al inicio es un caballero que piensa ciegamente que es alguien bueno, generoso y amoroso y con una mente más inteligente y buena de lo que es, hasta que va a lo desconocido se encuentra con Merlín y que va aprendiendo con el paso del libro. Así como el caballero, creo que puedo crecer en varias áreas de mi vida y ser mejor. Yo diría que El caballero es el punto fuerte de todo el libro. Esta historia me entretuvo bastante.

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