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El inocente de Harlan Coben

Ser un lastre es la mejor frase que describiría a este personaje y sus traumas, Mike. La realidad es que, todos podemos estar en el momento equivocado, y en el lugar que no debemos, y que pasen cosas que pueden afectarnos por el resto de nuestras vidas. Evidencia de la sustancia que está hecha nuestras vidas, de esa decisión, y como esta nos lleva a consecuencias. A este personaje le arrojó a la cárcel, perdió a sus padres, y, por último, a su hermano. Trata de enmendar, a duras penas, logra enamorarse y comenzar una familia, pero no solo él no es lo que parece, sino, además, su mujer no es lo que es. Y ese devenir de circunstancias es la vida real. La mayoría de las personas fingen ser alguien que no son, para conseguir cosas para impresionar a otras, y al final al cabo, conseguir una atención falsa. Porque todo aquello que se consigue por medios viles, tiene el mismo resultado que su naturaleza.

Mike en particular, a pesar de ser el personaje central de la historia, es quien porta, como yo le he llamado, una mancha. Una mancha por su pasado cuestionable: su ida a la cárcel, y tratamiento de reinsertarse en la sociedad. Esto es difícil que los demás no la sigan viendo, aunque la hayas superado, e incluso es triste ver que, no somos muy dados en conceder a otros segundas oportunidades. Es por esto, que Mike vive buscando la manera de mostrar su valía, y esto es frustrante. La primera cita que me llama la atención es «La supervivencia es el secreto. La mente cambia para sobrevivir. Todo puede convertirse en normal», porque esa lucha que tiene él, es genuina. Ya él no quiere ser en sí aceptado, solo quiere ser normal, y para lograrlo, tendrá que guardar secretos, sobre todo, los de su mujer. Caminar con dudas, y experimentar la vida con mayor turbulencia que la enfrentamos los demás. Esta experiencia es fría, e incluso, digna de que analicemos de ¿por qué no podemos lograr hacer un borrón y cuenta nueva como Cristo lo hace con nosotros? ¿Por qué nos cuesta recibir aquellos que se han desviado, pero que luchan desesperadamente por salir adelante? Y sé que puede surgir pulcramente la palabra: pecado; pero, es genuino pensarlo, y reconocer que cuando estamos frente a ello, debemos aplicar la misma misericordia.

Por otro lado, no pensar en ello es ser como el mismo personaje luego piensa «El mundo no es ni cruel ni alegre. Sencillamente es azaroso, está lleno de partículas que se cruzan como un rayo, sustancias químicas que se mezclan y reaccionan», no somos simples materias que reacción, si fuera así, esa misma afirmación carecería de sentido, porque es una reacción para explicar todo lo que le acontece alrededor. No podemos ser ajenos a nuestra realidad, y peor aún, ellas nos obligarán a reaccionar.

Y es por ello, que el personaje no sale de un bucle emocional «Lo bueno es frágil. (...) Lo bueno es tan efímero, tan tenue, que puede ser destruido con un suave soplo. O por el sonido de un teléfono», porque su experiencia ha sido amortiguada por llevarse de sí, y no tener un Norte claro. El ser humano ese devenir, es descubrirse y ver que, las ideas que logramos tener no son siempre acertadas, y que, por consiguiente, necesitamos algo más allá de mí o de ti, para poder darle sentido a nuestra vida.

Es por tal que, «(...) La cárcel enseña las peores habilidades. Se sobrevive siendo esquivo, aislándose, temiendo cualquier alianza. No enseñan a integrarse o a ser productivo: justo lo contrario. Se aprende que no se puede confiar en nadie, que la única persona con la que se puede contar de verdad es uno mismo, que se debe estar alerta a todas horas», él no tenía otra opción de pensar de esta manera, porque era su sociabilidad con la vida, aquello era su única forma de relacionarse, de ser. Pero ¿podemos romper con estos esquemas dañinos que nos han tocado a pesar de lo mal que nos haya ido?

A lo largo de la vida podemos ver que no hay una tercera opción, y esa evidencia tangible, debe de sernos de testimonio de que hay algo más allá, que el aquí y el ahora no lo es todo, y que ciertamente, lo que estaba amargo, puede ser dulce. Pero no podemos dar la limonada de nuestra vida a cualquier cosa, sino, Aquel que la puede endulzar con la verdadera miel que es Cristo.

Este libro refleja cómo la vida sin él se aferra a cosas materiales que, al fin y al cabo, terminan dejando de ser, y que por consiguiente, debe dejarnos el sabor de que, tenemos que buscar esa fe racional que siempre nos llevará a Cristo.

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El único que puede endulzar nuestra vida con la verdadera miel, es Cristo 🤍✨

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