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La cicatriz que dejó un imperdible recuerdo

Quién dijo que después de la tormenta sale el sol cuando puede haber un rayo?". Esta fue una de las frases más impactantes y reflexivas de este libro. Siempre pensamos que luego de un tiempo de tribulación, todo lo porvenir será consuelo, felicidad y descanso, pero la realidad es que esto no está asegurado. Quizás venga hasta algo aún peor de lo que ya ha pasado. Pero, ¿Qué queda? Seguir viviendo, pues la vida sigue y no nos esperará. Luke y Hasley no tenían una relación perfecta, pero tuvieron la oportunidad de otorgar una definición a aquello que habían creado y sentido.


Hasley vivía en Australia. Había pasado por mucho, incluyendo el abandono de su padre a los dos años de edad. Su todo desde pequeña había sido su madre, que era psicóloga, y también su mejor amigo Zev, que era como un hermano para ella. Él era el típico chico al que todas le caían atrás. Era deportista y de buen parecer. Luke, que era de la misma escuela que Hasley y Zev, estaba en clase de Historia con Hasley. Nunca se hablaban, hasta un día que Luke estaba en las gradas y allí empezó todo. Al principio, Luke era un tanto grosero con ella, sin mencionar el repetido: “Cállate Weigel”, pero esto se debía a que él tenía una adicción. Fumaba, y cuando lo hacía era como si se le olvidara todo, aparte, que aquella sensación que esté le otorgaba era sensacional para él. Aunque, lo que más le motivaba a fumar, era que no tenía un futuro, ya que su vida ,su situación, era muy devastadora para él y no quería involucrar a Halsey en su situación. El tiempo pasó y para ser sinceros a Zev no le agradaba mucho ver a su mejor amiga cerca de Luke. Para él , esté solo era un drogadicto, sin mencionar que tiempo atrás había pasado un incidente con la prima de Luke y esto los enemistó.


Cada vez más y más, Luke y Hasley se hicieron más cercanos, hasta el punto que Luke la llevó a uno de sus lugares más preciados, con el que solo había ido con su hermano, "el boulevard de los sueños rotos". Allí se veía el más bello atardecer del mundo, bajo un frondoso árbol. Solo este acto, demostró el gran amor que Luke había tratado de esconder por Hasley meses atrás. Se habían vuelto más cercanos que nunca.


En el camino, hubo tiempos de distancia, los cuales les dolían a uno tanto como al otro. En estos, no solo el anhelo por el otro crecía, su amor se volvía más intenso y único.

Pero, también, hubo tiempos de felicidad y de completo rendimiento hacia el otro. Ellos eran su mundo.

"Gracias-susurró- ¿por qué?-por no dejarme solo" esas fueron las palabras de Luke una vez. Ellos lograron algo, muy difícil de conseguir en un mundo como este, lograron amarse verdaderamente.

"-si, tengo mis razones para defender a Luke, es por eso te digo que no es mala persona, solo necesita ayuda, como todos alguna vez" mencionó Hasley en otro momento.


Luego de muchos retos, llegó una noticia devastadora. Luke se iría a vivir con su hermano fuera de Australia. Sin dudas trajo mucha tristeza, pero decidieron pensar que se volverían a ver, ese no sería su final. Un día en la escuela, luego de una dolorosa separación de amistad entre Zev y Hasley, hubo una pelea, que terminó con Luke salvando a Hasley de un gran accidente.

Al final de cuentas cumplió su promesa. “Aquí estoy, siempre estaré para evitar que caigas”.


Fue un tiempo de mucha tristeza, en el que hasta los lectores se pudieron identificar con la situación, los sentimientos sobrepasaron las letras y concluyeron en las lágrimas de no solo de los protagonistas, sino también de los lectores.


Un tema que me llama mucho la atención es el recuerdo. Ambos se amaban, y siempre lo harían. Incluso cuando pasaron por momentos difíciles, cuando no se hablaban, cuando descubrieron cosas el uno del otro que no esperaban, no importando qué, se recordaban. Aunque fuera lo último que les quedara, siempre lo llevaban consigo, llevaban el vivo y claro recuerdo del otro, que no se desvanecería en este mundo de ilusión. Incluso en la muerte, el otro pudo recordar al muerto y ver la imagen del amor de su vida. Siempre se recordarían, al igual que los lectores siempre los recordarían. Como Luke decía: “Ahora sé que la droga más fuerte de un ser humano es otro ser humano”. Ellos eran su adicción.

Ya al final de la historia vemos una carta de Luke hacia Halsey. Hablaba de su futuro, de que si él se iba afuera, era porque quería ser alguien mejor, alguien mejor para ella. Hablaba de si se recordaba de muchos momentos, y claro que Halsey recordaba. Después, la carta concluía: “Cuídate y no me eches mucho de menos. Por siempre tuyo, Luke Howland.”


Difícil y doloroso es muy pequeño para describir este momento de esta historia, pero así lo fue.

Aunque, algo que me anima es que Halsey siempre le amaría. Siempre recordaría aquello que Luke una vez le dijo pero que ella no pudo entender en aquel momento, pero que ahora sí entendía: “¿Sabes qué? Deja que se rían de lo patético que creen que eres, al final de cuentas todos terminamos igual, en un boulevard de los sueños rotos”.


Este libro ha sido el mejor hasta ahora que he tenido la oportunidad de leer. Le doy un 10000000000000…/10. Me adentró en la historia más que cualquier otro libro, hasta el punto que dejé de pensar que en verdad todo era mentira, todo era ficticio, nada pasó en verdad, pero las palabras que penetraban como espada en mi corazón, dejaron una cicatriz imposible de borrar, una que en un tiempo me hizo derramar lágrimas por una ilusión, una que me hizo creer perdidamente en una mentira, una cicatriz que no se curaría con nada, esta lo recordaría para siempre.




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1 comentário


Ana Carreño
Ana Carreño
01 de mar. de 2022

Me encanta la relación de Hasley y Luke, que no es perfecta, pero eso la hace perfecta, se acompañaron en los momentos difíciles y se ayudaron mutuamente a crecer como personas y a superar los problemas de la vida. Me gusta mucho como los describiste y como resumiste su historia

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