Esta libro es autobiográfica como ensayística. Busca responder a través de la pérdida la verdadera perspectiva que se debe de tener hacia la muerte. Aunque cada persona se familiariza con ella como el trauma le llegue, pero es una oda a esa pérdida que puede ser pesada para algunos, y para otros, una nueva manera de vivir conforme, aunque dolido.
Marie Curie, su vida y diario, es el despertar de las frases y conjeturas a las que Rosa Montero va llevando al lector a reflexionar sobre lo efímero de la vida. Una de las primeras frases que me marcaron es que, «El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de lo que te acongoja estás de suerte: eso significa que no es tan importante. Porque cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la #Palabra», es difícil poder expresar entre el consciente y la realidad que esa persona que amas ya no volverás a verla. Te quedan las preguntas e incluso, los remordimientos. La muerte es ese peso de realidad que nos permite vernos desde un plano más real. Ver la fragilidad con que podemos perder a las personas, nos da un peso sensible de existencia. Sabernos importante por lo que realmente hay en nuestro interior y no por lo que el exterior nos incite hacer.
Otra de las frases que me cautivaron es: «Cuanto más te acercas a lo esencial, menos puedes nombrarlo», aquello esencial es común para todos, y eso es, el peso de la existencia, como me gusta llamarlo. Es imposible que estemos ajenos a la esencia del porqué vivimos, existimos o ¿es esto el todo? Entiendo que llegar a esas reflexiones de lo que somos, y porque estamos aquí, nos lleva al límite de sensibilidad. De buscar respuestas y encontrarnos con el Gran yo soy.
Una de las frases que también me llenaron de pensamientos es, «La felicidad es minimalista. Es sencilla y desnuda. Es una casi nada que lo es todo», esta voló mis sentidos, porque ciertamente, buscamos felicidad en una buena calificación, en tener amigos o admiración delante de las personas que conozco, pero ¿he buscado esa felicidad en actos sencillos como escuchar a otros? ¿Asombrarme con la compleja naturaleza? ¿Con pensar simplemente en el silencio? Hay tantas formas pequeñas, diminutas para poder disfrutar y sentir satisfacción, que me hace pensar mucho en Dios. En como el viendo Su creación, y saber que aún las cucarachas tienen un propósito extraordinario, me llene de una reflexiva existencia de como la búsqueda de la felicidad no se trata de detalles o eventos, sino de una persona, que es ÉL. Cada cosa ha sido hecha con esplendor y delicadeza, ¿cómo no pensar que yo también soy parte de ese cuidado profundo y cuidadoso de un amoroso, y soberano Dios?
Finalmente, «Y eso es lo que nuestra sociedad no maneja bien: enseguida escondemos o prohibimos tácitamente el sufrimiento», el sufrimiento es parte de la belleza que debemos acoger en nuestro diario vivir. Apartarnos de ella nos hace ser desequilibrado, y no apreciar la vida como el Creador quiere que le veamos. Hay una cita que no recuerdo donde está, que Jesús, varón de dolores, expresa que nosotros sufriremos, porque Él sufrió primero, tendremos muchas aflicciones en el mundo, ¿pero ¿cómo podemos estar ante esa realidad sin ser aplastados por ella, y mejor disfrutarla, y contemplar como un aporte a mejorar nuestro carácter? Levantar los pies del corazón, y experimentar la vida con un sentido de peso de existencia diferente. Estaremos más dispuestos a amar, perdonar, y porque no, sufrir de la manera correcta. Este libro me ha enseñado, que el sufrimiento tiene el mismo balance que la felicidad.
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