“Todos los niños, menos uno, se hacen mayores…”

¿Alguna vez has soñado con ser un niño para siempre…?

De niños, todos escuchamos alguna vez de Peter Pan. Aquel particular individuo cuya niñez es eterna, que vive en un país mágico donde los sueños, tanto agradables como terroríficos, se hacen realidad.

El autor de este libro, J. M. Barrie, narra cómo los tres hermanos Darling, Wendy, Peter y Michael, vivieron estas cosas de primera mano…

Una noche, estos niños se encontraban en su casa, acompañados solamente por la criada (que sus padres tenían la costumbre de decir de referirse a cómo “los criados”) y su niñera, una perra llamada Nana (que tenia la postura de que sólo ella sabía cómo cuidar niños).

Esa noche una sombra entró a su habitación; nada más y nada menos que el mismo Peter! Una semana antes había tratado de entrar por razones aún desconocidas, pero en el proceso había sido descubierto y en el apuro, dejó atrás su sombra. Resulta que, al encontrarla donde la señora Darling la había guardado, no se la pudo pegar de nuevo, y se echó a llorar. La mayor de los niños, Wendy, se despertó al oírlo, y después de un intercambio algo gracioso, le ofreció ayuda. Después, él le pide que venga con él a Nunca Jamás para que le hiciera compañía junto con los niños perdidos, que no recordaban cómo era el tener una madre. Wendy, siendo una niña muy maternal, aceptó, con la condición de que también fueran sus hermanitos John y Michael.

Los tres hermanos viven una gran cantidad de aventuras junto a Peter y los niños perdidos, cruzando armas con piratas, formando alianzas con los pieles roja que habitaban allí y familiarizándose con el infame cocodrilo, que tras tragarse un reloj alertaba a su presencia con su “tic, tac, tic, tac”.

Me ha encantado como el autor logra combinar una realidad seria y realista con elementos de fantasía bizarros, como con la perra niñera, Nana. Los padres actúan como si una perra inteligente fuera lo más normal, y nadie nunca cuestiona su existencia.

Me intriga mucho el personaje de Peter, ya que, aún siendo tan carismático y arrogante en su superficie, en lo más profundo, es muy solitario y miserable. A pesar de esto, teme demasiado a hacerse mayor como para reintegrarse a la sociedad.

Además, me pareció bastante deprimente al final de cómo Peter se va olvidando de los niños, aunque, pensándolo bien, tal vez sea mejor así, pues no tiene que lidiar con el dolor y la decepción que acompañan el ellos ya haberlo superado junto con la niñez, al el ser pequeño por siempre.

Por otro lado, me pareció súper interesante su dinámica con Garfio, ya que son polos opuestos; Garfio siendo un caballero refinado, pero cruel, y Peter siendo lo que algunos llamarían un salvaje, pero con un lado noble. Me emocionó mucho en su enfrentamiento final como Garfio se dio cuenta de que Peter no era como él pensaba, y por que le molestaba tanto su existencia.

La verdad es que me dio un poco de rabia Campanita, ya que ni siquiera intentó llevarse bien con Wendy simplemente porque la consideraba una rival por la atención de Peter. ¡Hasta intentó provocar su muerte! Se que en parte no podía evitar sentirse así, pues como explica el libro en una parte, las hadas son seres tan pequeños que solo les cabe una emoción a la vez, pero esto no justifica que haya actuado así.

A pesar de esto, al final del libro mostró que su lealtad podía ser tan potente como sus emociones negativas al estar dispuesta a sacrificarse por la necedad de Peter. Este estaba a punto de beberse un vaso de agua que, sin él darse cuenta, había sido envenenada por Garfio. Campanita intentó advertirle, pero él no le creyó, por lo que ella se metió entre él y el vaso, bebiéndose hasta la última gota.

Una cosa que de verdad me cautivo fue como el autor contaba la historia, añadiendo pequeños comentarios y expresándose como si de verdad se la estuviera contando a uno cara a cara.

La verdad es que este libro superó mucho mis expectativas, y no creo haberle podido hacer justicia con este blog, por lo que les recomiendo que lo lean por sí mismos y formen sus propias conclusiones de este clásico.

¡Que tengan un buen fin de semana, y que Dios los bendiga!

(P.d: No he podido poner una imagen de portada por unos problemas técnicos, pero desde que se arreglen, la pondré ^^)