Nunca es fácil hablar de temas complejos, especialmente cuando se relacionan a las creencias más profundamente arraigadas de cada quien.
Tal vez seas un cristiano más reservado, y te produzca ansiedad la idea de debatir tus convicciones sobre temas controversiales, especialmente con gente que no conoces tanto. Quizá estés interesado en evangelizar, pero te sientes inseguro de sí estás plenamente preparado para compartir las buenas nuevas con alguien, a pesar de tener el conocimiento adecuado.
Si alguno de estos ejemplos te suena familiar, este libro por Gregory Koukl es para ti. Muchos libros hoy en día abordan las razones y argumentos a favor del cristianismo, y esto es muy importante para saber responder. Pero algo vital y frecuentemente olvidado es saber cómo aplicar ese conocimiento de forma práctica en las distintas conversaciones con sabiduría y gracia, sin echar sermones ni aplastar al otro.
Este libro nos muestra, más allá de la estrategia general, tácticas que podemos emplear para ser embajadores más efectivos.
Este libro lo recomiendo principalmente por tres razones;
En primer lugar, nos presenta un plan de acción conciso, empleado por el mismo autor por años y con éxito, para abarcar temas controversiales con alguien qué tal vez ni conozcas muy bien. Te entrena para aprovechar las oportunidades que se te presenten y mantener el control de la conversación aún con interlocutores más agresivos. Además, no solo te dan una posición estratégica, sino que mantienen al otro enfocado en lo que dices y lo pone a pensar. Esto lo realiza por medio de preguntas estratégicas y tácticas de análisis para entender el argumento del otro, encontrar sus puntos débiles y señalarlos con respeto, eficiencia, y gentileza
En segundo lugar, este libro está hecho de forma que todos lo puedan entender. El lenguaje es claro y expresivo, las ideas sólidas pero comprensibles. No necesitas ser ningún superdotado para poder aprender y aplicar las tácticas expuestas en el. Claro, no son cosas que se dominan a la primera, pero es un proceso en el cual cada intento es un aprendizaje. Además, utiliza nombres peculiares pero acertados para las distintas tácticas, lo cual ayuda a recordarlas mejor. El autor, Koukl, ha trabajado instruyendo a creyentes comunes y corrientes en cómo utilizarlas por décadas, y no dudo que tú también las puedas emplear.
En tercer lugar, el libro está lleno de anécdotas e ideas prácticas. No simplemente se queda en lo teórico, sino que presenta casos de la vida real, ya sea experimentados por el mismo autor o por otros a su alrededor, y respuestas concisas a cada uno. Además, presenta el razonamiento detrás de cada argumento, y te guía en cómo utilizarlo para determinar la respuesta más adecuada para cada interacción.
Personalmente, lo que más me ayudó fueron los ejemplos, ya que, después de leer cómo funcionan sus tácticas en teoría, el autor las aplica a distintos casos realistas y probables, ayudándome a verlas en la práctica y viendo que funciona mejor en cada situación. Además, servían para analizar distintos puntos de vista alternativos con los que me podría encontrar, predecir sus posibles argumentos y mentalizarme para rebatirlos. Esta es una muy buena forma de prepararnos para un debate antes de que ocurra.
Algo que he mencionado en varias ocasiones, y que el autor resalta bastante durante todo el libro, es la importancia de la actitud con la que exponemos nuestras ideas. Podemos ser la persona más ingeniosa del mundo, pero si nuestra motivación consiste en ganar un debate y no un alma, se vuelve una batalla perdida, aunque tengamos la última palabra. Más bien, nuestro objetivo debe ser guiar a la otra persona un poco más hacia la verdad, y hacerlo con respeto, paciencia y en amor. De esta manera, podremos no sólo ayudar al otro a analizar sus propias ideas, sino que podremos ser un medio para que experimente la gracia y el amor de Jesús.
En conclusión, este libro es una herramienta imprescindible para cualquier embajador de Cristo, sin importar su nivel de experiencia. Presenta formas sencillas y efectivas de hablar con alguien sobre temas polémicos o complicados. Nos da ejemplos prácticos de cómo emplear los argumentos que ya tenemos en una conversación común y corriente. Muestra como ser convincentes y gentiles, pero firmes en nuestras convicciones, pues el objetivo no es parecer el más inteligente, sino reflejar a Jesús.
¡Muchas gracias por leer este post, y espero que tengan un buen fin de semana!
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