¿Cómo te sentirías si vives en un estado de pobreza en el que apenas puedes estar en tu casa por lo muy pequeña que es? y, a esto súmale que, después de vivir allí toda tu vida, tu papá sea ascendido en el trabajo y tengas un nuevo hogar que, comparado con tu casa anterior sea una «mansión» ¿Qué pensarías?.
Este libro se enfoca en un hombre llamado William Carey, quien estaba con su hijo mayor Félix, esperando poder entrar al barco llamado «Earl of Oxford» para ir a la India partiendo de Londres. Pero, mientras esperaban sucedió que no podían entrar, por lo que entonces, tuvieron que quedarse en el muelle de Portsmouth, pero como su hijo «apenas caía en la cuenta» no entendía lo que sucedía, y, como consecuencia de que a pesar de que William hablara con el capitán pidiéndole que reconsiderara su decisión, este pensaba: «no merecía la pena de arriesgar su carrera por aceptar pasajeros no autorizados con destino a la India.» «William observó como la nave se incorporaba a otras seis para formar un convoy» pero la siguiente parte muestra y enseña que aun en estos problemas, hay que ver las cosas de manera positiva esto fue lo que hizo William: «A pesar de la ilusión sufrida, quedó cautivado por una magnificente vista de velas blancas que restallaban la luz de una tarde suave de primavera (y…como todo ser humano en algún punto somos débiles) …Una lágrima le resbaló por la mejilla mientras los observaba».
Luego hay una parte bastante impactante e injusta: «Si los británicos y los franceses no hubieran estado en guerra, William y su hijo no habrían tenido que detenerse en Portsmouth. Ya se encontrarían a medio camino de la India.»
Aquí se puede ver como el ser humano no deja pasar ni una, solo, una cosa y por ser parte del conflicto deciden hacerle la vida difícil a la gente solo porque quieren, lo que más me deja atónita es que solo queremos estar bien con todos sin pensar en cuál es la decisión correcta. Pero lo mejor que pude saber en este libro es que William era creyente así que me puse en sus zapatos y me pregunte: «¿qué harías si te encontraras en esa situación? Y entonces pensé: «es posible que yo me sentiría mal, ya que, mi destino seria La India y mi tarea enseñar a las personas, lo que quiere decir que me sentiría culpable de que aquellas personas tengan que pasar por un trago bastante amargo.»
Al final me agrado el saber que William Carey, el hombre que fuera hijo de un pobre tejedor, aprendió por sí mismo el latín, hebreo y griego cuando apenas comenzaba su trabajo como cordobán» Se convenció de que «Inglaterra debía enviar misioneros a los nuevos países que colonizaban, ayudó a fundar la primera sociedad misionera inglesa».
Después de leer esto reflexioné:
Sabiendo todo esto, ¿te animarías a poder hacerlo todo sin importar de donde vengas y tratarías de avanzar cada vez más en busca de un futuro en el que cuando veas el yo anterior digas eben—ezer y agregues la satisfacción que sentirías de ver tu progreso (económico, espiritual y hasta laboral)?
Hacer esto nos llevaría a mucho éxito, si es como William lo hizo (todo lo hacía con buenos propósitos, es decir, como para el Señor).
Si fuese mi caso, lo haría con mucho gusto porque al final, tendré un «ascenso» en lo que esté haciendo, o progrese con buenas intenciones. William tenía buenas intenciones y mira como El Señor le llevó al progreso como decía anteriormente, el fue bendecido y su sudor dio fruto para Dios y para la humanidad (específicamente a los de la India) y fue uno de los que El Señor llamo y uso para la fundación de la primera sociedad misionera inglesa.
Ahora, te dejare con las siguientes preguntas para que reflexiones acerca de este libro:
¿Crees que Dios tiene planes para ti así como los tubo para William?
¿En caso de que te encuentres con problemas en luz que «el barco te haya dejado a causa de algún hecho?
¿Cómo piensas salir del problema?
¿Confías en que si le pides a Dios que te ayude lo hará?
¿Esperaras sabia y tranquilamente la respuesta de Dios a tu petición?
Te recomiendo que estas preguntas las escribas en un pedazo de papel, y lo coloques en un lugar donde las veas siempre.
Sin mas me despido, y te deseo un «gran progreso»
Dios te bendiga.
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